Franz Liszt, que debía dirigir un concierto, se dejo por descuido la partitura en una silla. Una oronda baronesa se sentó encima. Listz fue hacia ella y le dijo cortésmente:<< señora, pero la partitura sobre la que está sentada no es para instrumientos de viento>>.
1 comentario:
Así que Lizt tenia "ese" sentido del humor... se lo voy a contar a Paco, el padre de Álvaro... ¡¡le va a encantar!!
Gracias por el esfuerzo,
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