martes, 28 de abril de 2009

Anécdotas de Gluck

Christoph willibald Gluck caminaba una noche por París. De buen humor, agitaba su bastón de un lado a otro. De repente, la punta del bastón golpeó el cristal de una ventana, que rompió. El dueño de la casa, enfadado, salió a la calle en camisón y exigió treinta céntimos para reparar el daño. Gluck le dio una moneda mucho mas valiosa. Cuando el perjudicado le explicó que no podía darle el cambio, Gluck rompió sin vacilar varios cristales más y le dijo: <<¡Ahora estamos en paz!>>.

1 comentario:

Jacqueline dijo...

Oriol:


Me alegra mucho "leerte" de nuevo.

Besos:

jacqueline